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miércoles, 30 de noviembre de 2011

+ discriminación = + epidemia

Las personas infectadas por el virus del VIH suelen sufrir discriminación en su entorno social y laboral, especialmente cuando empiezan a desarrollar la enfermedad del Sida. Son personas muy vulnerables que necesitan apoyo y comprensión, sin caer en lo que la mayoría suele hacer: condenarles, culparles, huir de ellos y mostrarles compasión. 

Los enfermos de Sida quieren llevar una vida lo más normal posible y la estigmatización no les ayuda. A lo largo de la historia, ha habido numerosos casos de aislamiento de estas personas, porque han sido rechazadas por su familia o amigos y despedidos de sus empleos. 

¿Cómo hemos ido aprendiendo a hacer frente a la discriminación del Sida?
En primer lugar hay que saber detectar qué es lo que provoca el Sida en la sociedad. El VIH es un virus que muchas personas temen porque tradicionalmente – y erróneamente – se asociaron a la prostitución, la homosexualidad y la drogadicción, ya que su transmisión es a través de la sangre o los fluidos sexuales. Algunas personas aún creen que se puede contagiar compartiendo un vaso o poniéndose la misma ropa, y ese factor es fruto de una desinformación generalizada pero también de una posición cómoda por parte de la sociedad. 
¿Por qué deberíamos tener más comprensión hacia los enfermos de Sida? 

Ciertos sectores sociales consideran que las personas que contraen la enfermedad son “impuras” porque han mantenido relaciones homosexuales o se han drogado, pero lo cierto es que muchos de los casos no responden a esos estereotipos. Precisamente, la estigmatización de la enfermedad impulsa su crecimiento porque la falta de normalización provoca que las personas infectadas tengan recelo a explicar su problema a sus parejas o amistades, por miedo a su rechazo. Pero, en realidad, ese temor empeora la situación, como también el pánico a realizarse las pruebas. Si crees que hay una mínima posibilidad de que tengas el virus del VIH, lo más sensato es hacerse las pruebas, pero el miedo atroz a tenerlo, provoca que el virus se vaya propagando. 
¿Qué es la discriminación por Sida?

La persona infectada por el virus del VIH puede no desarrollar la enfermedad del Sida, almenos durante un tiempo. De todas formas, debe informar a su pareja o las personas que conviven con él/ella sobre la situación y tomar las medidas de precaución necesarias, que nunca pueden llegar a convertirse en una obsesión porque eso motiva también el aislamiento del afectado. Con el avance de la enfermedad del Sida, un enfermo puede verse señalado por su entorno más próximo o, por lo contrario, sentirse apoyado y respetado. Deberá superar situaciones difíciles por la falta de información de la sociedad, pero lo más importante es informar sobre el virus siempre que sea necesario para evitar contagios. Ese paso que da la persona infectada para proteger a los demás es, por desgracia, el inicio de muchas situaciones de discriminación. 

Algunos centros hospitalarios, clínicas dentales o consultorios médicos deniegan la entrada de enfermos del Sida. A un afectado se le puede denegar la custodia de sus hijos o el derecho de adoptar. En el ámbito laboral, el enfermo de Sida es víctima de acoso de todo tipo y sus superiores pueden revelar su situación al resto de compañeros. Son sólo ejemplos de la realidad que sufren algunos enfermos de Sida, la mayoría pueden denunciarse pero lo cierto es que su situación de vulnerabilidad lo hace aún más complicado.

¿Cómo podemos mejorar la situación?

La respuesta no es sencilla. El primer paso es la empatía. Parece que sea una cualidad innata en el ser humano – o debería serlo – pero la realidad demuestra que no es así. ¿Qué ocurriría si tuviéramos relaciones sexuales con nuestra pareja sin saber que anteriormente ha estado con otra persona?, ¿Qué pasaría si en un accidente intentamos ayudar a alguien y entramos en contacto con su sangre infectada por VIH? Preguntas y preguntas que deberíamos hacernos antes de juzgar a nadie.
Existen hoy en día muchos grupos de apoyo para enfermos de Sida que realizan terapias psicológicas colectivas para mejorar su calidad de vida. Muchas organizaciones aceptan voluntarios y voluntarias para realizar tareas de integración socio laboral de los afectados, campañas educativas en las escuelas o otros trabajados sociales prácticos. 
Una persona infectada por VIH sigue siendo una persona. Y si la sociedad ha evolucionado lo suficiente para que ahora el mundo se jacte de ser tecnológicamente avanzado y globalizado… no tiene sentido que dejemos a ciertos sectores sociales aislados como se hacía con los enfermos de lepra.
La medicina evoluciona, incluso España está siendo un referente de la investigación para acabar con el Sida. ¿Y nosotros? ¿Evolucionamos?

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